Un buen amigo

El padre Félix visita a reos del Cereso II quienes lo ven como un amigo especial que les ayuda a pasar las penas en su encierro y los motiva a buscar esa luz de esperanza necesaria para ellos.
Para los reos privados de su libertad, el padre Félix es uno más de ellos por la confianza que se ha ganado gracias al tiempo que les dedica

Convivir, platicar y sobre todo escuchar han sido sus principales herramientas para que los internos del Cereso II no lo consideren un voluntario más, sino un verdadero amigo.

Es el padre Félix, un sacerdote que en tan sólo algunos meses se ha ganado la confianza de los presos con quienes vive un ambiente de camaradería porque habla su mismo idioma, según coincidieron varios de ellos.

Actualmente es el único padre jesuita en Sonora y tiene siete años aquí, tiempo en el que se ha esforzado por cumplir una de las principales intenciones de su orden: Ayudar al prójimo.

Fue hace poco más de seis meses cuando el padre Félix pidió autorización para ingresar a las instalaciones del Centro de Readaptación Social Número 2 para visitar a los internos.

Por los pasillos y celdas, en los talleres y la clínica de tuberculosis, en todos los rincones del lugar Félix es bien conocido y recibido por los internos, quienes lo consideran su “camarada”.

“Es mi amigo, en mi caso me ha ayudado mucho con apoyo espiritual y con mi familia, hasta fue a platicar con mis padres, y me ha enseñado a plasmar mis ideas en un papel a manera de que sea entendible”, manifestó Mario Esteban, quien tiene nueve meses en el lugar.

También les brinda consejos para cuando salgan del lugar y les escucha hablar sobre sus familias, comentó Gustavo Eduardo, otro joven interno.

Para ellos el hecho de que el sacerdote los escuche hablar de lo que piensan y sienten es un gran aliciente, pero para Félix su labor en el lugar no tiene nada de especial pues asegura que simplemente va a convivir con los amigos.

“VISITO A AMIGOS”


 “No es ninguna labor, visito a mis amigos”, responde al ser cuestionado sobre su labor en el Cereso.

“Yo no tengo detalles con ellos, más bien ellos son los que me han regalado su confianza para platicar conmigo, yo nunca llevo plato por ejemplo, ahí siempre me prestan ellos”, enfatizó.

La labor del padre Félix ha sido de mucha ayuda para el Cereso, señaló Norma Abril Fimbres, por ser una de las personas que más se acercan a los internos y que les permite palpar la situación interna del penal y saber cómo se sienten anímicamente los presos.

“Nosotros nos hemos dado cuenta de que ha ayudado a muchos internos sobre todo a salir de sus crisis de tantas cosas que ellos tienen, que traen cargando con ellos”, dijo.

“Ellos lo han visto como uno más y lo sienten como uno de ellos, para ellos no es una autoridad, es el amigo, el compañero, el que se ‘camarea’ con ellos”, agregó.

Dentro del Cereso, el padre Félix ha impulsado obras de teatro, cursos de escritura, pero sobre todo la convivencia entre los internos de una manera muy ‘sui géneris’, aparte de actuar como mediador cuando surgen conflictos.

Además de dedicarle varias horas, por lo menos cuatro días a la semana a visitar a sus amigos, Félix participa en otras actividades, como la reunión eucarística los domingos en el Centro Cultural Universitario.

Los medios de comunicación se han vuelto herramientas útiles en su labor comunitaria. Con Internet para mantener informados a otros compañeros sobre su trabajo aquí, y en radio, con sus colaboraciones en el programa La Palabra en Movimiento, transmitido los lunes por Radio Bemba FM.

Nota publicada por el periódico "El Imparcial", el día 12 de Junio del 2007.

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